Dificultad para tragar o disfagia, ¿a qué puede deberse?

2019-04-23T07:56:10+00:00abril 23rd, 2019|

Desnutrición, atragantamiento, deshidratación e incluso neumonía por aspiración. La disfagia puede provocar diversas complicaciones nada deseables. Por eso, es importante detectarla a tiempo e iniciar un tratamiento eficaz que acabe con el problema. En las siguientes líneas te damos las claves para hacerlo.

¿Qué es la disfagia?

Con el término disfagia se denomina al trastorno provocado por la existencia de dificultad para tragar. Las personas que sufren disfagia suelen necesitar más tiempo y esfuerzo para hacer pasar los alimentos y líquidos de la boca al estómago, y en ocasiones experimentan dolor durante el proceso. En casos más graves, la disfagia puede imposibilitar tragar.

Se trata de un trastorno que debe tomarse muy en serio: aunque en algunos casos es posible que no implique ninguna causa de gravedad, otras, puede esconder una enfermedad que necesita ser tratada con urgencia.

¿Cuáles son los síntomas de la disfagia?

La disfagia abarca diferentes síntomas, a parte del dolor y la dificultad al tragar (odinofagia). Entre los principales se encuentran sensación de que los alimentos se atascan en la garganta o el pecho, voz ronca, regreso de los alimentos a la boca (regurgitación), babeo, acidez estomacal, tos o arcadas al tragar y adelgazamiento.

Cuando la disfagia se vuelve un trastorno frecuente o aparece de forma repentina acompañado de vómitos o regurgitación, es necesario acudir al médico sin demora.

¿Cuáles son las causas de la disfagia?

La disfagia puede tener diferentes causas. Por lo general, el origen de la dificultad para tragar suele responder a alguno de los siguientes motivos:

  • Acalasia: El músculo esofágico interior no se relaja todo lo que debería y no permite a los alimentos llegar hasta el estómago (a veces los hace regresar hasta la garganta).
  • Espasmo difuso: En esta condición el esófago se contrae de forma descoordinada y ejerciendo mucha presión después de tragar.
  • Estenosis esofágica. La estenosis, cuando afecta al esófago, provoca el estrechamiento de este, dificultando el paso de los alimentos, sobre todo cuando los pedazos son grandes.
  • Tumores esofágicos. La dificultad para tragar puede tener su causa en la existencia de tumores localizados en el esófago.
  • Anillo esofágico. Se habla de anillo esofágico cuando existe estrechamiento en la parte inferior del esófago que provoca, entre otras cosas, disfagia o dificultad para tragar.
  • Reflujo gastroesofágico. La acidez estomacal puede originar lesiones en los tejidos esofágicos que, a su vez, pueden dificultar el proceso de tragado.
  • Trastornos neurológicos. Ciertos trastornos neurológicos como la esclerosis múltiple o el párkinson pueden provocar también disfagia. Por otra parte, un daño neurológico provocado por una lesión en el cerebro o en la médula espinal, también puede afectar la capacidad para tragar.
  • Divertículo de Zenker. Esta condición se caracteriza por la aparición de un pequeño reservorio donde se acumulan partículas de alimentos en la garganta, justo encima del esófago. Provoca, además de dificultad para tragar, mal aliento, tos y carraspeo.

¿Qué hacer si sufro dificultad para tragar?

Como avanzábamos al comienzo del artículo, la disfagia puede causar serias complicaciones y puede tener su causa, como has visto, en una enfermedad grave. Por ello, es importante acudir al médico en cuanto se aprecien los primeros síntomas. Hacerlo es esencial para solucionar el trastorno y tratar satisfactoriamente la causa que lo está provocando. No lo dejes pasar.

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