El ejercicio físico es indispensable para mantener una buena salud. Una de las prácticas más comunes es ir a correr. Si te has ejercitado de esta forma, es posible que algunas veces hayas experimentado dolor de garganta e, incluso falta de aire.
Evitar el dolor de garganta al correr es posible, siempre que sigas determinadas técnicas y tengas en cuenta los factores ambientales. Una vez que aprendas a tener un buen ritmo respiratorio durante el ejercicio, no solo desaparecerán las molestias en la garganta, sino que ganarás en resistencia.
Técnicas de respiración para la salud
La actividad física es muy necesaria para tu salud. Muchas veces nos fijamos en la resistencia y la fortaleza relacionándolas con la capacidad muscular, pero hay algo muy importante que no siempre tenemos en cuenta: la respiración.
Si cuando decides salir a correr regresas con dolor de garganta, seguramente no has cuidado varios factores a la hora de entrenarte. El frío y el clima seco suelen ser malos aliados para tu garganta, sobre todo si te gusta correr al aire libre. Respirar por la boca puede darte más resistencia durante el ejercicio, pero el frío y el ambiente seco dañan tu garganta, poniéndote en riesgo de sufrir faringitis.
Las siguientes técnicas te pueden ayudar a estar acorde al clima que tienes, protegiendo tu salud y permitiendo que puedas seguir ejercitándote de la manera más segura:
1. Cuándo respirar por la boca o por la nariz
Respirar por la boca implica poder capturar mayor oxígeno, ganando más resistencia. Del mismo modo, eliminas más rápidamente dióxido de carbono. El problema viene cuando este tipo de respiración conlleva dolor de garganta. Cuando respiras por la boca expones directamente tu garganta, haciendo que se produzca mucosa en la misma, lo cual tiende a irritarla. Con el frío, la sensación es mucho peor, aumentando el riesgo de contraer enfermedades respiratorias.
Por todo esto, se recomienda respirar por la nariz. No solo actúa como un filtro, resguardando tu sistema respiratorio de agentes contaminantes, sino que además calienta el aire, que tiene que recorrer la garganta hasta llegar a los pulmones.
2. Respiraciones cortas
Si realizas respiraciones profunda mientras corres, lo más normal es que fuerces tu garganta, produciendo el dolor que intentamos evitar. También, la profundidad en la respiración supone una mayor extenuación, que producirá una falta de resistencia y un temprano cansancio.
Realizar una respiración corta durante el ejercicio físico te garantiza mayor aguante. De vez en cuando, si sientes que te falta el aliento, puedes inhalar aire profundamente, pero deberás llevar un ritmo de respiración superficial si deseas continuar más tiempo corriendo.
3. Mantener un buen ritmo en la carrera
Cuando comenzamos con el ejercicio, y sabemos que contamos con toda nuestra energía intacta, a veces tenemos la manía de aumentar el ritmo desde el inicio. Si observas tu respiración, esta se irá apresurando a medida que pierdas potencia y empieces a cansarte.
Estar pendiente de tu forma de respirar te servirá de guía para determinar tu resistencia. Por eso, si inicias con un ritmo suave, midiendo tu respiración, aguantarás más tiempo corriendo. Esta es una técnica que conocen a la perfección los maratonistas, que deben mantener una duración por debajo de las dos horas al realizar una media maratón.
Como ves, saber respirar correctamente te ayudará a la realización de una actividad física más eficiente. Además, puedes evitar el dolor de garganta si tienes en cuenta el factor ambiental.
¿Podemos salir a correr resfriados?
Pues la respuesta a esta pregunta, como para muchas, es depende. Como hemos mencionado antes, nuestro estado (síntomas y debilitamiento por falta de energía), dependerá del tipo de infección y la gravedad de esta.
Un estudio llevado a cabo en 1989 por el Dr. David Nieman demostró que la capacidad inmunitaria descendía ante una carga de entrenamiento alta, sin embargo, otro de la Universidad de Bell State, en Indiana, refirió que el ejercicio moderado y regular estimula el sistema inmunitario.
En este sentido debemos decir que ambas investigaciones parecen ser correctas, ya que el ejercicio físico podría ser beneficioso en etapas tempranas o casos leves del resfriado, pero perjudicial en casos más graves.
Cuándo es bueno salir a correr resfriados
Salir a correr resfriados, cuando los síntomas se limitan a congestión y/o goteo nasal y estornudos, parece ayudar a abrir las vías respiratorias y a expulsar la mucosidad. Esto es debido a que al correr se libera adrenalina (o epinefrina), un descongestionante natural.
Asimismo, la epinefrina reduce el dolor y aumenta la frecuencia cardíaca, lo que facilita la llegada de los glóbulos blancos a la infección.
Cuándo es malo salir a correr resfriados
Ya hemos explicado que cuando existe una infección, nuestro cuerpo moviliza y hace uso de todos los recursos que están a su alcance para combatirla, lo que conlleva un gran gasto de energía.
Cuando existe una infección grave o extendida, que produce fiebre alta, tos productiva, dolor muscular, dolor de garganta, congestión en el pecho, escalofríos, vómitos, diarrea, ganglios inflamados, falta de aliento o debilidad, es mejor que descansemos.
Con estos síntomas, nuestro cuerpo nos está comunicando una infección importante y la necesidad de utilizar la energía que dispone para combatirla, por lo que mejor es que no la gastemos en una actividad que puede hacernos empeorar.
¿Cómo salir a correr resfriados de forma adecuada?
Si los síntomas de vuestro resfriado se limitan a por encima del cuello, y siempre teniendo en cuenta los pros y contras de salir a correr para vosotros, podréis salir a practicar ejercicio.
Para ello, hidrataos bien, descansad las horas suficientes, tapaos para evitar el frío e id bien equipados.
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