Cuando llega el verano y las noches son muy calurosas, la sensación de sofoco hace difícil conciliar el sueño. Para paliar el calor, recurrimos a abrir las ventanas, establecer corrientes de aire o poner el aire acondicionado.
El problema aparece cuando la temperatura desciende durante la noche. Durante las primeras horas es posible que hayas humedecido la cama y el pijama con el sudor y eso haga que te resfríes. Para evitar que acabes con un dolor de garganta o un resfriado en verano, te vamos a dar algunos consejos para esas noches especialmente calurosas.
Enfría el aire de forma natural
Extiende una bolsa de hielo industrial sobre una superficie plástica e impermeable. Debes asegurarte de que en el recipiente quepa toda el agua del hielo cuando se haya derretido. Puedes colocar los cubitos delante del ventilador, para que el aire sea más fresco. A medida que avance la noche, la capacidad del hielo para enfriar será menor, lo que coincidirá con el descenso de la temperatura.
Duerme con los brazos extendidos
Cuanto más separes tus extremidades del cuerpo, menos calor acumularás. Cuando te acuestes, adopta una posición con brazos y piernas extendidos y separados del cuerpo. Si la temperatura desciende, cambiarás de postura de forma instintiva y te replegarás para evitar el frío en las noches de verano.
Cambia tu dormitorio a la parte baja de la casa
Si tu casa dispone de más de un piso, instala tu cama en la parte inferior. El calor siempre tiende a subir, por lo que los pisos bajos son más frescos que los superiores.
Enfría la ropa de cama
Si dispones de un congelador amplio, puedes introducir la sábana o una almohada en él durante el día. Envuélvelas en plástico para que no se humedezcan y al acostarte podrás disfrutar de la ropa de cama fría para combatir el calor. Además, a medida que avance la noche, perderá el frío inicial y, si refresca, no tendrás peligro de enfermar.
Evitar resfriados en verano
Para evitar los molestos resfriados de verano, ten en cuenta algunas de estas indicaciones.
Duerme con el aire acondicionado de otra habitación
Es mejor que no duermas nunca con el aire acondicionado de la habitación, ya que puede provocarte dolor de garganta al despertar. Enciende el aparato de la habitación contigua y deja las puertas abiertas. El aire refrescará el ambiente de tu habitación, pero sin incidir directamente sobre ti.
Evita las corrientes de aire
El aire en movimiento proporciona sensación de frescor y te ayudará a conciliar el sueño. Pero debes evitar situarte en una corriente directa de aire. Coloca un ventilador que no apunte hacia la cama, para que mueva el aire y facilite tu descanso.
Utiliza sábanas de fibras naturales
Las sábanas de fibras naturales, como el hilo de algodón, permiten a tu piel transpirar mejor aunque estés arropado. Para el verano, las sábanas más recomendables tienen 150 o 200 hilos. Son más ligeras.
Cambia las sábanas con frecuencia para eliminar el sudor empapado durante los momentos más calurosos.
Emplea compresas con hielo
Si te resulta difícil dormir con el calor, puedes emplear compresas elaboradas con hielo y envueltas en gasas. Aplícalas sobre las muñecas, los codos y las rodillas para experimentar sensación de frescor. Evita ponerlas sobre el cuello, ya que pueden provocarte dolor de garganta.
Deja un comentario