Para muchas personas las vacaciones han acabado y eso significa volver a los quehaceres diarios. Después de estar tiempo de relax, realizar todas las actividades anteriores puede hacernos sentir sin energía y cansados.
A continuación, desde Pharysol te explicamos cómo obtener energía para que puedas hacer frente a todo lo que te espera a la vuelta a la rutina.
¿Por qué es importante tener energía?
La energía es la capacidad que dispone un sistema para poder desarrollar un trabajo, un combustible. Nuestro organismo, un conjunto de sistemas, precisa de energía para poder llevar a cabo las funciones vitales y la obtiene de los alimentos.
Está tan presente en nuestro día a día que ignoramos cómo la obtenemos y lo crucial que es, y no es hasta que desciende que nos alertamos. Un ejemplo es cuando estamos muy cansados, tristes o nuestro sistema inmune está debilitado.
La energía corporal se obtiene mediante el siguiente proceso:
- Fragmentación del alimento mediante la masticación y la digestión, reduciéndose a glucosa.
- Absorción en el intestino delgado, donde las venas absorben la glucosa y es digerida por el hígado y las células y tejidos.
- La glucosa llega al citoplasma de las células, dónde sufre divisiones.
- Respiración celular llevada a cabo en la mitocondria celular.
- Se genera H₂O.
¿Qué factores pueden hacer que tengamos poca energía?
La falta de energía, que se muestra como cansancio o fatiga, puede ser debida a diversos motivos, tales como:
- Exceso de carbohidratos refinados: Aunque en su justa medida son una fuente rápida de energía, si se consumen demasiado generan el efecto contrario. Esto se debe a que se produce un aumento súbito de la glucosa en sangre. Al necesitar energía rápida se consumen primero los carbohidratos, lo que puede generar en una dependencia del organismo a ellos.
- Sedentarismo: Al contrario de lo que puede creerse, la actividad física no genera más cansancio, sino que este reduce la fatiga, ya que durante él se segregan hormonas que nos hacen sentir más vitales.
- Malos hábitos de sueño: Durante el sueño el cuerpo reduce su actividad, por lo que la energía de la que dispone es utilizada para realizar funciones de reparación y regeneración, por ejemplo, del sistema inmune. Si no descansamos bien, no solo no se pueden dar correctamente estos trabajos, sino que además gastamos más energía, por lo que nos sentimos más fatigados.
- Desnutrición o malabsorción de nutrientes: Como hemos avanzado, la energía se consigue a partir de los alimentos. Si consumimos pocas calorías o tenemos una mala absorción de nutrientes, no podemos generar suficiente energía.
- Deshidratación: Si perdemos agua por el sudor, la orina y las heces y no la reponemos, no pueden darse correctamente las reacciones biológicas que generan la energía. Además, en este estado el cuerpo debe hacer mayor esfuerzo y nos agotamos más.
- Estrés y negatividad: Cuando estamos estresados o nerviosos, nuestro organismo segrega hormonas que nos ponen alerta, el cortisol y la adrenalina. Para prepararse para actuar ante una posible amenaza (real o imaginaria), el organismo concentra todos sus esfuerzos y genera algunos cambios (sube la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria, ), lo que genera más gasto de energía.
¿Cómo podemos obtener energía?
Teniendo en cuenta los factores que pueden hacer que nuestra energía baje, es fundamental mantener los siguientes buenos hábitos:
- Practicar ejercicio moderado y regular.
- Realizar técnicas de relajación, como la meditación.
- Mantener una dieta equilibrada y una buena hidratación.
- Seguir un horario fijo de sueño, y dormir en total oscuridad y silencio.
- De ser necesario, tomar soluciones que mejoren nuestro sistema inmune y nuestro aporte de energía.
Ahora ya sabes cómo puedes obtener más energía para estar al máximo rendimiento. Si quieres saber más acerca de cómo cuidar tu salud de forma natural, te recomendamos seguir los artículos de nuestro blog, y te invitamos a conocer nuestros productos con ingredientes de origen natural.
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