Tipos de inmunidad: ¿Cómo nos protegen?

2021-12-24T10:05:19+00:00enero 4th, 2022|

Nuestro sistema inmune es el protector y defensor de nuestro cuerpo. Él lucha contra posibles amenazas (tanto externas como internas) que puedan dañarnos y enfermarnos, para que podamos seguir viviendo con la mejor calidad de vida. Para conseguirlo, nuestro sistema inmune cuenta con diversos tipos de inmunidad.

Desde Pharysol os contamos qué es la inmunidad y qué tipos de inmunidad existen.

¿Qué es la inmunidad y cómo funciona?

La inmunidad o respuesta inmunitaria es un proceso fisiológico complejo que percibe los cambios que se presentan dentro del organismo y sus interacciones con sustancias externas que pueden ser potencialmente dañinas y se defiende de ellas.

El sistema inmune protege al organismo reconociendo y destruyendo las sustancias según los antígenos, sustancias (generalmente proteínas) que se encuentran en la superficie de los virus, hongos, bacterias etc. Las sustancias inertes (sin vida, como las toxinas, drogas o partículas extrañas) también pueden ser antígenos.

Para conseguir esto, el sistema inmunitario cuenta con distintos tipos de barreras y células defensivas que pueden ser naturales o propias o no.

¿Qué tipos de inmunidad existen y cómo actúan?

Como hemos comentado, el sistema inmunitario cuenta con distintos mecanismos de inmunidad, es decir, cuenta con distintos tipos de inmunidad, que detallamos a continuación:

Inmunidad innata o inespecífica

Como su nombre indica, la inmunidad innata es aquella con la que nuestro organismo ya cuenta desde el momento de su nacimiento, con la que ya está provisto antes de que se diese la entrada de ese patógeno. El hecho de denominarse inespecífica es que actúa de forma general, independientemente del tipo de patógeno que actúe.

Forman parte de la inmunidad innata las barreras que impiden, en primer lugar, el ingreso de los patógenos, y de haber entrado, su destrucción. Así, actúan como una primera línea de defensa. Algunos ejemplos de ellos son:

  • La piel y sus aceites.
  • El reflejo de la tos y los estornudos.
  • El moco.
  • Las enzimas de las lágrimas.
  • Los ácidos gástricos.

Este tipo de inmunidad también puede ser un químico proteínico (inmunidad humoral) que por ejemplo, causa la fiebre, otro mecanismo que ataca y destruye posibles amenazas que hayan conseguido entrar en el cuerpo.

Inmunidad adquirida, adaptativa o específica

En contraposición a la inmunidad innata o inespecífica, la inmunidad adquirida o específica es aquella que se desarrolla con la exposición a los antígenos, es decir, se forma una vez ha existido contacto con el agente específico y el sistema inmune construye una defensa especializada para él.

Dentro de este tipo de inmunidad distinguimos la inmunidad adquirida pasiva o la inmunidad adquirida activa:

Inmunidad adquirida pasiva

La inmunidad pasiva es aquella que consiste en una transferencia de inmunidad, en modo de anticuerpos de un individuo a otro, es decir, que se produce en un cuerpo diferente al propio.

Puede darse de manera natural, como los anticuerpos que la madre transfiere al bebé a través de la placenta, o de manera intencionada o artificial, mediante una inyección de antisuero que contiene estos anticuerpos formados por otro organismo.

Este tipo de inmunidad se emplea cuando existe alto riesgo de infección y poco tiempo para que el cuerpo pueda desarrollar su propia inmunidad, o si existen enfermedades crónicas o inmunodepresivas que deben controlarse.

Aunque genera protección inmediata, no tiene un efecto muy duradero porque no desarrolla memoria, por lo que el paciente puede volverse a reinfectar.

Inmunidad adquirida activa

Este tipo de inmunidad se da cuando los linfocitos B y T (unos tipos de células inmunitarias) se activan por un patógeno y generan memoria, preparándose para posibles desafíos futuros. Esta inmunidad puede darse naturalmente (cuando una persona se expone accidentalmente a un patógeno vivo), o de forma artificial o inducida, cuando se expone a la persona o animal de manera intencionada al patógeno, por medio, por ejemplo, de la vacunación.

Las vacunas son sustancias que contienen un antígeno, es decir, un patógeno debilitado o muerto que genera que nuestro organismo lo detecte, intente destruirlo y lo recuerde, pero sin generar problemas de salud.

Si queréis saber más acerca de cómo cuidar vuestro sistema inmune de forma natural, os recomendamos seguir los artículos de nuestro blog, y os invitamos a conocer nuestros productos con ingredientes de origen natural.

Un comentario

  1. […] inmunidad funciona de forma diferente en hombres y en mujeres? La respuesta es sí. La edad, el sexo o los […]

Deja un comentario

  He leído y acepto la política de privacidad

  • El responsable del tratamiento de sus datos es REVA HEALTH EUROPE, S.L, con la finalidad de gestionar la publicación de su comentario. Puede ejercer sus derechos de protección de datos contactando a protecciondatos@reva-health.com. Para más información, consulte nuestra Política de privacidad.

Ir a Arriba