La salud es lo primero, no hay discusión, puesto que con salud se consigue todo, sin embargo, cuidarla adecuadamente puede generar algunos posibles costes. La actual pandemia de la covid-19 ha instaurado en nuestro día a día y en nuestro atuendo habitual la mascarilla.
No se puede negar que el uso de la mascarilla ha aportado mayor protección y seguridad a nivel sanitario, pero su implementación obligatoria también ha supuesto algunas novedades en el presupuesto familiar. Dependiendo de las personas convivientes en el hogar, la OCU ha observado que el gasto promedio dedicado exclusivamente a este bien puede alcanzar los 324 € mensuales.
Desde Pharysol, os explicamos qué tipos de tapabocas existen actualmente, sus características, y cómo podemos lavar las mascarillas y cuidarlas para poder reducir nuestros gastos sin sacrificar nuestra salud.
¿Cuáles son las principales mascarillas protectoras que existen en el mercado?
En el ámbito sanitario, las mascarillas que se utilizan se dividen en dos categorías, las quirúrgicas, y las filtrantes. La situación actual no solo nos ha hecho ver estas mascarillas fuera del ámbito hospitalario, sino conocer los distintos tipos que existen y también introducir las mascarillas artesanales, o de tela. A continuación pasamos a explicaros más acerca de cada una de las mascarillas que podemos utilizar:
Quirúrgicas
Son aquellas que el personal sanitario utiliza, como su nombre indica, en operaciones o en entorno hospitalario para evitar el contacto con salpicaduras de fluidos o sangre. Son rectangulares, lisas o plisadas, de color más oscuro por fuera y más claro por dentro.
Son una barrera de dentro a fuera, es decir, protegen a las demás personas de un posible contagio por nuestra parte, pero no nos protegen a nosotros mismos ante la entrada de partículas como los microorganismos presentes en gotículas.
Filtrantes
Son las conocidas como FPP1, FPP2 y FPP3. Son mascarillas que presentan un filtro para micropartículas, por lo que ofrecen una protección de “fuera hacia adentro”. Aunque no protegen ante gases o vapores, ya que su función es la de proteger de la inhalación de contaminantes ambientales, algunas presentan filtros de este tipo.
Además, pueden presentar válvulas de exhalación para reducir la humedad dentro de la mascarilla.
Mascarillas artesanales de tela
Actualmente se realizan y comercializan también mascarillas de tela, que pueden resultar más cómodas y bonitas, sin embargo, estas deben seguir las medidas de prevención, contar con un filtro o colocarse encima de otras.
¿Cómo lavar las mascarillas y conservarlas adecuadamente?
Aunque las mascarillas generalmente están planteadas como elementos no reutilizables, diferentes organismos sanitarios han dado algunas instrucciones para cuidarlas y poder reutilizarlas sin que estas pierdan eficacia. Os detallamos cómo lavar las mascarillas según su tipo:
Quirúrgicas
Su vida útil es de unas 4 o 5 horas o hasta que se humedecen, tras lo cual se recomienda tirarlas. Sin embargo, los expertos ofrecen las siguientes soluciones para poder volver a utilizarlas:
- Exponerlas al sol durante 7 días.
- Lavarlas a 70 grados con detergente y secarlas de forma normal.
- Exponerlas a vapor de agua hirviendo por media hora.
- Hacer uso de virudicidas aprobados.
Filtrantes
Las filtrantes pueden lavarse de forma normal en lavadora a 60 grados siempre que no lleven válvulas. Para hacer que el filtro no pierda su eficacia, se recomienda por lo tanto, meterlas en el horno a 70 grados durante 30 minutos para inactivar el virus o exponerlas a vapor de agua hirviendo.
Mascarillas de tela
Las mascarillas de tela, como las quirúrgicas, deben lavarse con detergente a más de 60 grados, desinfectarse con virudicidas aprobados y luego lavarlas, o ser sumergidas en una solución de agua con lejía (980 ml agua y 20 ml de lejía).
En todos los casos, recomendamos seguir estas pautas de conservación más allá de su limpieza:
- Siempre llevar un sobre o cajita donde llevar mascarillas de recambio.
- No utilizar mascarillas de otra persona del hogar.
- No reutilizar las mascarillas durante muchos días o estando sucias.
- Si estamos comiendo etc y no estamos haciendo uso de la mascarilla, no tenerla expuesta (en la barbilla, el cuello, el codo…), sino guardarla.
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