En nuestro día a día tenemos muchas rutinas, y son necesarias e importantes para mantener nuestro orden y llevar a cabo las actividades que precisamos. Sin embargo, cuando cortamos la rutina y pasamos a otra situación, por ejemplo por las vacaciones, la vuelta a ella puede molestarnos.
A continuación, desde Pharysol te explicamos cómo afecta la rutina a la salud y cómo podemos actuar ante ella.
¿Cómo afecta la rutina a la salud?
Como hemos comentado, tener rutinas es bueno porque nos ayuda a ordenar nuestra vida, y en muchos casos, ser más productivos. Sin embargo, cuando tenemos rutinas muy estrictas, podemos caer en la monotonía, no tan beneficiosa.
Cuando tenemos una vida monótona, realizamos una y otra vez las mismas acciones y no nos permitimos afrontar nuevos retos, experiencias e ilusiones.
Esto tiene un gran peso a nivel emocional, pero también cognitivo y físico, ya que al siempre ejecutar las mismas acciones, el organismo en general se acostumbra y pierde agilidad. A nivel cognitivo, la monotonía atrofia el cerebro, puesto que este trabaja de forma automática, sin que nada le suponga un esfuerzo o reto. Esto puede provocar problemas como falta de concentración y atención, pérdida de memoria o falta de creatividad.
A nivel emocional, la monotonía también puede generar problemas de salud mental como estrés, ansiedad o depresión al no aspirar a nada nuevo que nos energice y motive.
Finalmente, esto es exactamente igual a nivel físico. Si llevamos a cabo ejercicio de forma monótona, sin cambiar la intensidad, la actividad o la frecuencia, el cuerpo acaba por acostumbrarse y que no se vean tan buenos resultados.
Si, por el contrario, nuestro ritmo de vida hace que no le dediquemos tiempo a una actividad física, podemos caer en el sedentarismo, con las consecuencias que ello conlleva.
¿Cómo actuar para combatir la rutina y tener una buena salud?
Sabemos que los quehaceres y deberes diarios pueden ser difíciles de adaptar y que según ellos podemos organizar de una forma u otra nuestra vida. Sin embargo, no debemos esperar solo a las vacaciones o a los días libres para romper la monotonía, sino que podemos hacerlo poco a poco, cada día y con metas realistas.
Por ejemplo, podemos cambiar la ruta para ir al trabajo, hacer las labores de otra manera, dar un paseo, salir a comer, proponerse aprender un hobby o hacer una actividad lucrativa. A veces no hace falta que hagamos cosas nuevas, sino que simplemente hagamos las que hacíamos de forma distinta.
La monotonía no solo se rompe en verano, sino que los fines de semana y en los ratos libres es fundamental encontrar espacios o momentos para salir de lo establecido.
Al romper la monotonía y aprender nuevos caminos, todo nuestro organismo se adaptará a otras situaciones y esto se verá reflejado en un mejor estado de ánimo, mayor energía, y salud física.
Ahora ya sabes cómo afecta la rutina a la salud y cómo combatirla. Si quieres saber más acerca de cómo cuidar tu salud de forma natural, te recomendamos seguir los artículos de nuestro blog, y te invitamos a conocer nuestros productos con ingredientes de origen natural.
Deja un comentario