Descongestivos vasoconstrictores: Sus ventajas y desventajas

2020-12-02T11:41:15+00:00enero 26th, 2021|

Uno de los síntomas más frecuentes y más molestos de gripes y resfriados, es la congestión nasal. La sensación de no poder respirar de forma normal puede llegar a desesperar a muchas personas y llevarles a utilizar fármacos sin receta y venta libre, por ejemplo, los descongestivos vasoconstrictores.

Aunque puedan parecer inocuos, el uso de este tipo de solución no es del todo recomendable, por ello, desde Pharysol, os contamos cómo funcionan, por qué es mejor no usarlos y qué otras alternativas existen.

¿Qué son los descongestivos vasoconstrictores y cómo funcionan?

Cuando se produce una infección o alergia, nuestro organismo reacciona produciendo el característico “taponamiento” nasal, causado por una inflamación de los vasos sanguíneos y de la membrana que recubre la nariz por dentro, lo que no deja circular el aire.

Los descongestionantes vasoconstrictores actúan sobre el sistema nervioso, “encogen” los capilares sanguíneos de la zona y reducen el aporte sanguíneo, haciendo que la inflamación se reduzca y el flujo de aire pueda pasar, calentarse y filtrarse de forma normal.

En estos casos el alivio es muy rápido, pero de muy poca duración.

¿Por qué es mejor utilizarlos?

Los descongestivos vasoconstrictores presentan unas sustancias (los descongestivos andrenérgicos), como la oximetazolina, la xilometozolina o la nafazolina, que permiten la vasoconstricción. Aunque no estos compuestos no son peligrosos en sí mismos, su uso inadecuado sí lo es.

Estos fármacos deben utilizarse entre 3 y 7 días a lo sumo, debido a que el organismo compensa esa desinflamación forzada con una inflamación mayor, produciéndose un efecto rebote.

Al presentar una congestión y obstrucción nasal aún más intensa, se puede tender a seguir recurriendo al descongestionante, creando un círculo vicioso. Esto puede incluso conllevar la aparición de una rinitis crónica, denominada en estos casos, rinitis medicamentosa.

Más allá de los efectos en la propia congestión, los vasoconstrictores pueden generar otras molestias de forma secundaria.

A causa de la vasoconstricción de los vasos sanguíneos de la cara y cabeza, se pueden padecer dolores de cabeza de diversa intensidad.

Asimismo, estas soluciones afectan a la tensión (por lo que no se recomiendan a personas con problemas circulatorios) y pueden interactuar con medicamentos como los antidepresivos.

¿Qué alternativas a los descongestivos vasoconstrictores existen?

Aunque puedan parecer las opciones más cómodas, los descongestivos vasoconstrictores no son la única opción. Tened en cuenta que hay descongestinantes con una apariencia igual o similar pero que son beneficiosos. Además, hay muchas opciones naturales por las que podemos decantarnos.

En primer lugar es importante que bebamos suficiente agua y humidifiquemos el ambiente para evitar que nuestra mucosa se reseque e irrite.

Finalmente, os recomendamos hacer vahos con aceites esenciales de plantas aromáticas que ayudan a abrir las vías respiratorias, como son la menta o el eucalipto.

La menta es una planta ideal para descongestionar la nariz gracias a su principio activo, el mentol.

Por su parte, el eucalipto, posee importantes propiedades antiinflamatorias, lo que promueve una mejora de la inflamación de la mucosa de las vías respiratorias, y con ello, una potente capacidad expectorante.

Si queréis saber más acerca de cómo cuidar vuestra salud de forma natural, os recomendamos seguir los artículos de nuestro blog, y os invitamos a conocer nuestros productos con ingredientes de origen natural.

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