Detectar a tiempo una neumonía es posible: estas son las claves

2019-02-05T09:06:08+00:00febrero 5th, 2019|

Se trata de la infección respiratoria que provoca mayor número de ingresos hospitalarios y su causa suele estar en una infección por una bacteria. Afecta sobre todo a niños y ancianos y es más común en varones, sobre todo durante la temporada de invierno. En las siguientes líneas te explicamos qué ocurre en nuestro cuerpo cuando sufrimos esta enfermedad y cómo podemos detectarla a tiempo.

¿Qué es la neumonía?

El pulmón está formado por dos partes principales: los bronquios (las vías por las que se transporte el aire) y los alvéolos (los sacos de aire donde se produce el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono). En la neumonía, los alvéolos se ven afectados por una inflamación ocasionada por un agente infeccioso. Como consecuencia, estos se llenan de líquido y material infeccioso que hace que la persona afectada experimente dificultad respiratoria, entre otros síntomas.

¿Cómo detectar una neumonía?

La mayor parte de los síntomas de la neumonía son respiratorios y suelen afectar a las vías aéreas bajas. Sin embargo, existen algunos tipos de neumonía que pueden cursar con algunas manifestaciones diferentes y que pueden desconcertar a la persona, haciéndole creer que es otra enfermedad la que le afecta. Aunque solamente el médico está capacitado para detectar una neumonía, lo cierto es que existen algunos indicativos que deben ponernos en alerta. Se trata de los siguientes:

  • Dificultad respiratoria.
  • Dolor torácico que aumenta con los movimientos de la respiración.
  • Tos productiva.
  • Malestar general.
  • Sudoración excesiva.
  • Aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria.
  • Sibilancias al respirar que pueden ser escuchadas mediante auscultación.

Por otra parte, existen dos cuadros clínicos que pueden indicar que se está sufriendo una neumonía: uno típico y otro menos común.

  • Cuadro clínico típico. Cuando la neumonía se presenta en forma de un cuadro clínico típico, el comienzo suele ser brusco. En menos de 48 horas, la persona alcanza una fiebre de más de 37,5 º y experimenta tos productiva (a menudo puede expulsar flemas con pus) y dolor torácico que aumenta con la respiración. De la misma forma, es normal que la persona con neumonía experimente un considerable malestar general, así como escalofríos. La neumonía en su cuadro clínico típico suele ser provocada por el neumococo.
  • Cuadro clínico atípico. En este caso, la persona con neumonía no experimenta tos productiva y las molestias suelen ser sobre todo extra pulmonares (es habitual sufrir dolores articulares y musculares, migraña y molestias gastrointestinales). Este tipo de cuadro clínico se relaciona sobre todo con bacterias como la legionella o el mycoplasma.

Con un tratamiento adecuado, la mayoría de las personas con neumonía mejoran rápidamente. Por este motivo, resulta fundamental acudir al médico en cuanto comiencen a apreciarse los primeros síntomas.

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